Amígdala e hipocampo

 La amígdala participa en el control de las emociones y la agresividad. La función de la amígdala consiste en evaluar qué tan peligrosa es la información sensorial. Si la evaluación de la situación resulta de peligro, entonces envía información al hipotálamo para provocar cambios emocionales y a su vez aumento en la frecuencia cardiaca y de la presión arterial.

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Por su parte, el hipocampo es responsable del pasado inmediato. Ayuda a establecer la información en la memoria a largo plazo (en la corteza). Interviene en la memoria de trabajo hasta que la información se haya codificado por completo.